jueves, 4 de junio de 2020



PROFILAXIS FRENTE AL SARS-CoV 2 DURANTE LA DESESCALADA

Jml. Junio 3, 2020

Todos podemos sentir dudas sobre el mejor proceder en esta fase de transición a lo que esperamos sea una recuperación de nuestro modo de vida habitual. Aquí explico una de mis dudas desmenuzada en una anécdota, una comunicación científica, una explicación y una conclusión

1-UNA ANÉCDOTA

Hace poco tuve que visitar una empresa. Es un espacio de acceso público. Una puerta que se abre desde el exterior permite el acceso de los clientes. Tras mi paso se cerró la puerta de forma automática. Un empleado me indicó amablemente la posibilidad de liberarme de la “molesta” mascarilla, puesto que todo el espacio interpersonal separaba a empleados y clientes con mamparas.
La invitación me sorprendió e inquietó. Es común el mensaje contrario: ”prohibido entrar sin mascarilla”. Allí invitaban a despojarte de ella. 

Llegué a la conclusión de que, o bien me he convertido en un hipersensible a las medidas profilácticas, o bien el mensaje sobre la mejor prevención de la transmisión de este bicho podía no haber llegado a los encargados de controlar el comportamiento en el interior del establecimiento. Varias personas trabajaban sin mascarilla detrás de unas mamparas individuales y más de un cliente en las mismas condiciones al otro lado de las mamparas.

2-UNA COMUNICACIÓN CIENTÍFICA

Hoy leo una publicación de The Lancet firmada por investigadores holandeses (Somsen et al.,  2020 The Lancet.com/respiratory. https://doi.org/10.1016/S2213-2600(20)30245-9). En ella se justifica la causa de mi inquietud y sorpresa al recibir aquella invitación a quitarme la mascarilla.

Cuando el virus se multiplica en las vías respiratoria, al hablar, estornudar o toser se expelen gotitas de secreción de tamaño variado. Somsen et al distribuyen sus tamaños en dos grandes grupos: partículas gruesas (de 100 a 1000 micras) y partículas pequeñas (entre 1 y 10 micras).

La permanencia en el aire de las secreciones expelidas depende de su tamaño (mayor permanencia a menor tamaño) y, en un recinto cerrado dependerá, además, de la magnitud de la ventilación a que se someta el recinto.




Para definir la influencia de la ventilación en la persistencia aérea de las partículas, Somsen et al determinaron su persistencia aérea en tres ambientes cerrados diferenciados por el grado de ventilación: a) no ventilado, b) ventilado mecánicamente y c) ventilado con una puerta de acceso y una pequeña ventana.

Mientras que en la estancia mejor ventilada el número de gotitas se reduce a la mitad en 30 segundos, en el espacio sin ventilación esta reducción solo se alcanza tras más de 5 minutos. Es decir que sin ventilación aumenta diez veces la persistencia de los aerosoles.

Este estudio sugiere que mejorando la ventilación de los espacios públicos se diluirán los aerosoles potencialmente infecciosos, algo que deberían considerar las autoridades sanitarias recomendando evitar en lo posible espacios públicos de escasa ventilación.

3-UNA EXPLICACIÓN A MI INQUIETUD

En el recinto no era observable ventana alguna. Tampoco era aparente ningún sistema de ventilación mecánica. La frecuencia de entrada de clientes, su densidad en la instalación y las invitaciones a despojarse de las mascarillas podrían limitar las mejores condiciones para la prevención del contagio. La presencia acumulativa de infectados (es importante la frecuencia de  asintomáticos) podría generar involuntariamente una concentración de aerosoles infectivos incapaces de atravesar las mamparas, pero capaces de alcanzar el sistema respiratorio de los despojados de sus mascarillas.

4-UNA CONCLUSIÓN

Con independencia de lo que pueda decir la legislación española sobre la ventilación de lugares cerrados de acceso público, no debiéramos despreciar el uso de las otrora anheladas mascarillas. (O todo eso es fruto de mi hipotético estado de hipersensibilidad a las medidas profilácticas)
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