J.A. Bosquet Ariza
(Farmacéutico. Farmacia Corvales). Edición J. Corvales Zubilá.
Se considera que más del 21% de
los andaluces sufre rinitis alérgica estacional. Debe tratar de evitarse su cronificación y la posibilidad de promover una rinitis medicamentosa. Como cada año y por unos meses, los antihistamínicos orales y los descongestionantes nasales serán los “medicamentos de moda”.
La
rinitis alérgica estacional (fiebre del heno) afecta a más de un millón y medio
de andaluces (más del 21 % de la población andaluza). El 70 % de los pacientes
con rinitis alérgica presenta síntomas durante más de tres meses al año. La
alergia al polen antes se vinculaba casi de forma exclusiva a los meses de
marzo, abril y mayo- Ahora este periodo se ha extendido hasta ocho o nueve
meses.
En cuatro de cada diez pacientes, tanto niños
como adultos, la rinitis alérgica se prolonga todo el año, confundiendose con
los síntomas del resfriado. Los alergenos responsables incluyen pólenes y esporas
fúngicas. Además de
la herencia, la contaminación parece constituir un
importante factor en cuanto al aumento de la incidencia.
La
rinitis alérgica perenne se produce cuando los síntomas están presentes todo el
año y suele estar producida por ácaros del polvo doméstico, y epitelio y plumas
de animales. Algunas personas con este tipo de fiebre
del heno suelen presentar pólipos nasales y sinusitis.
Se
estima que padecen la enfermedad sobre un 10% de los niños y sobre 20-30% de adolescentes
y adultos. Frecuentemente es una de las enfermedades crónicas más prevalentes antes de los 20 años. Después de los
cincuenta disminuye su
frecuencia. Sin embargo, puede aparecer a cualquier edad.
SÍNTOMAS
Son
más intensos por la mañana y por la noche. Los días
calientes, secos y ventosos son más propensos a tener una gran cantidad de
polen en el aire. En los días fríos, húmedos y lluviosos, la mayoría del polen se precipita
al suelo. Por el contrario, los alérgicos a las esporas fúngicas empeoran sus
síntomas con clima húmedo.
Ojos y nariz suelen ser los órganos más afectados:
Estornudos.
La respuesta alérgica suele comenzar con estornudos
y después con rinorrea, progresando a congestión nasal
Rinorrea. Las
secreciones suelen ser transparantes y acuosas
Congestión nasal. La
respuesta al alérgeno produce vasodilatación nasal resultando en congestión
nasal. Una congestión severa puede dar lugar a cefalea y, ocasionalmente, a
dolor de oídos
Prurito (picor) nasal. Ocurre con frecuencia. A veces se produce irritación en el techo de la
boca.
Síntomas oculares. Los ojos pueden picar y estar llorosos. La irritación de la nariz
probablemente contribuya también a los síntomas oculares por obstrucción del
conducto lagrimal. También hay una respuesta inflamatoria local a los granos de
polen.
Cuando aparecen síntomas como tirantez en el torax,
sibilancias, dificultad respiratoria o tos, se aconseja su inmediata remisión
al médico, ya que pueden suponer el inicio de un episodio de asma
TRATAMIENTO
La rinitis alérgica ha de ser tratada porque, al
cronificarse, puede ocasionar sinusitis, otitis, o exacerbar el asma. Además,
puede promover una rinitis medicamentosa por el uso indiscriminado de descongestionantes
nasales
Antihistamínicos
orales. Se estima que son eficaces en el
33-50% de los pacientes con rinitis alérgica estacional. Cuando existe marcada
obstrucción nasal deben asociarse a un
descongestionante, por su escasa eficacia en este sentido.
Descongestionantes
nasales, anticolinérgicos intranasales…etc.
Inmunoterapia con alérgenos. Consiste en la administración
sistémica de cantidades gradualmente crecientes de un
extracto alergénico específico. Su finalidad es disminuir la reactividad del
órgano diana y la sensibilidad celular, reduciendo así la gravedad de los síntomas
y su duración. No existe consenso sobre la indicación de esta terapia.
Para algunos autores debería reservarse para pacientes
con rinoconjuntivitis que no puedan evitar el contacto con el alérgeno
o que no respondan al tratamiento farmacológico. En estos casos habitualmente es
necesario el uso simultáneo de medicamentos para completar el
tratamiento con éxito.
Para otros autores, esta inmunoterapia y la
evitación del alergeno serían las únicas modalidades
terapéuticas que pueden modificar el curso natural de las enfermedades
alérgicas. Para ellos cuando esta terapia se introduce
al inicio de la enfermedad podría modificar su curso, impidiendo la
progresión a enfermedades más graves (asma)
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Libro blanco sobre el futuro de la Alergología e Inmunología Clínica en España en el horizonte del año 2005. Madrid:
Los síntomas en la farmacia. Jarpyo editores. 2002
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