Hace escasamente un mes(*) que se ha demostrado
en animales de experimentación que los arándanos reducen el desarrollo de
alteraciones funcionales asociadas a la obesidad como son la inflamación
sistémica y la hipertensión crónica.
(*) Otto
T. Mykka¨nen, Anne Huotari, Karl-Heinz Herzig, Thomas W. Dunlop. Wild
Blueberries (Vaccinium myrtillus) Alleviate Inflammation and Hypertension Associated
with Developing Obesity in Mice Fed with a High-Fat Diet. Hannu Mykka¨nen,
Pirkka V. Kirjavainen.
PLOS ONE. DOI:10.1371 December 12, 2014 1 / 21
Imagen tomada de http://www.freepik.es
En estos
efectos se presume que juegan un papel relevante un grupo de polifenoles (los antocianos) de
los frutos. Aunque las limitaciones experimentales hacen que
los resultados deban extrapolarse con precaución a la especie humana, se demuestra que
estos frutos del bosque pueden aumentar nuestra salud, parte esencial de eso
que llamamos de forma simplificada felicidad.
De
esta manera los antocianos de los arándanos se convertirían así en otro grupo
de fenoles contra la obesidad: está de actualidad el café verde para prevenir
la asimilación de azúcares y con ello al obesidad. Los antocianos complementarían
en su acción frente a los problemas metabólicos asociados a la obesidad.
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